El buen palomo
Cuenta la historia que su pariente más cercano fue el mochuelo de Atenea, de quien heredó la sabiduría y lealtad. Sobresale de sus simultáneos marginados, por su altura, peso y plumaje. "El buen palomo", apelativo atribuido por quienes lo conocen, carga con más de una veintena de años, es misterioso, solitario y algunos dicen que impotente... Una vez se enamoró, pero un acontecimiento digno de una tragedia griega le arrebató a su nívea compañera: una rata la devoró... desde entonces habita aisladamente en la buhardilla de un techo familiar gorjeándole infatigablemente a su digna soledad.