EL SILENCIO NOS HACE CÓMPLICES
“El silencio alienta al
perseguidor,
nunca al perseguido”.
Elie Wiesel
(escritor y sobreviviente
de los campos de concentración nazis).
Por: Laura Camila
Cómo soportar las
fotografías, los vídeos y las narraciones de los actos degradantes, nefastos,
humillantes e indecibles contra los palestinos. Cómo hacer para que después de
soportarlos, no se vuelvan paisaje y el genocidio pase de moda como suele
suceder con los conflictos ajenos y los propios…
Cómo manifestarse estando
en un escritorio, a miles de kilómetros, con la tranquilidad que ellos jamás
van a tener. Cómo entender que en palabras de la abogada irlandesa Blinne Ní
Ghrálaigh “es el primer genocidio de la historia en el que sus víctimas
transmiten su propia destrucción en tiempo real con la desesperada y hasta
ahora vana esperanza de que el mundo hago algo”.
Denunciar, explicar y no
dejar de hablar de Palestina es lo único que desde el rol vano de espectador es
posible hacer. Ojalá (palabra que viene del árabe in šāʾa -llāh y significa si Alá quiere)
que cese el fuego, que Palestina sea libre y soberana, que sus árboles de olivo
se impongan fuertes y vigorosos (como aquellos mártires que jamás serán olvidados)
y que sus gentes vuelvan al mar, a ese lugar que anhelan y es suyo, donde
gozaban los más pequeños en el lomo de sus fatigados y fieles caballos.
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