Ayer murió un vecino, un buen vecino. Deja dos perros y una bicicleta.

Extraña es la presencia de la muerte, saber que ella andaba con él la última vez que nos vimos, pero nadie la notó. 

Extraño es comprender que las personas se esfuman como por arte de magia.


Extraño y triste es que para Simón y Coco mi vecino está por llegar. 

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